No es solo el docente el encargado de intervenir en el desarrollo personal de los alumnos, sino que también deben estar involucrados todos aquellos profesionales que forman parte de la comunidad educativa, incluida la figura del tutor como pieza fundamental.
La familia necesita depositar su confianza en el centro escolar. La colaboración entre el tutor y la familia, se inicia en el período de acogida y se continúa a lo largo del proceso para facilitar el intercambio de información y para organizar procesos compartidos.
A través de la tutoria, se ajusta y orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje, previniendo posibles dificultades.
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